Tecnología híbrida, diseño superagresivo, el atractivo típico de
un coupé... ¿de qué coche estamos hablando? Del nuevo Honda CR-Z Mugen.
Ligeras modificaciones en el motor de gasolina 1.5 y grandes cambios en
la estética exterior e interior, sus principales señas de identidad.
El célebre Festival de Velocidad de Goodwood (Reino Unido) ya calienta motores. Una de las novedades destacadas será el CR-Z Mugen, una versión especial del conocido coupé híbrido, en cuyo desarrollo han participado Honda y la compañía japonesa Mugen, especializada en la preparación de coches deportivos de diversa índole.
En el apartado mecánico, la principal novedad la encontramos en el motor de gasolina de 1,5 litros. Su potencia original de 114 CV aumenta hasta los 200 CV,
gracias a la sobrealimentación por compresor y a varios ajustes en la
centralita electrónica. El par motor también aumenta hasta los 24,98 mkg. Del pequeño motor eléctrico de unos 14 CV de
la versión de calle no hay noticia alguna, por lo que en ciertos
momentos el Honda CR-Z Mugen rendirá unos caballos extra a los citados
200 CV.
Respecto a datos de prestaciones, aún no se han hecho públicas las
especificaciones oficiales, pero es de esperar una notable mejora en
esta versión Mugen respecto al CR-Z de producción. Lo que sí se ha asegurado es que el CR-Z Mugen conserva lostres modos de conducción: Eco, Normal y Sport.
La diferencia en cada uno de ellos estriba principalmente en la
respuesta del motor de combustión, la curva de asistencia del módulo
eléctrico en función del grado de presión del pedal del acelerador, la
dureza de la dirección y la potencia del climatizador. En modo Sport,
además, la iluminación del velocímetro pasa a rojo. En Eco, el sistema Start-Stop de parada y arranque automáticos del motor para antes el motor de gasolina cuando detecta que vamos a detenernos.
Otros cambios destacados que aporta este Honda CR-Z Mugen son un alerón ajustable, un sistema de suspensión con reglaje regulable de amortiguadores, unas llantas de aleación específicas de 17 pulgadas de diámetro y un uso desmesurado de la fibra de carbono en
diversas partes del vehículo -el capó, por ejemplo-, con lo que se
consigue ahorrar unos cuantos kilos frente a la báscula, concretamente
50 kg. Ya en el interior, el habitáculo mezcla elementos propios de un
coche de calle con los de uno de carreras, entre los que destaca los asientos de competición firmados por el especialista Recaro.
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